Se trata de una propuesta innovadora, ya que la planta es la primera en el país y fue creada por medio de la Universidad de La Plata (UNLP), en conjunto con la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC). El emplazamiento de la sede de investigación se encuentra en la localidad de Gonnet.

El proyecto tiene como finalidad, según explican los especialistas, contribuir con el cuidado del Medio ambiente, ya que las pilas están compuestas por metales y elementos altamente contaminantes como el carbono y, además, su tiempo de degradación natural puede tardar hasta 50 años, mientras que sus componentes continuarán siendo nocivos durante 1000 años.

En este sentido, Horacio Thomas, a cargo del laboratorio ubicado en Gonnet y quien encabeza el nuevo proyecto ecológico, destacó que el procedimiento para separar los metales de las pilas descartadas, apunta a dos objetivos: por un lado, impedir que el agua, los suelos y las napas sean contaminados y; por otro, rescatar los metales para que puedan ser utilizados nuevamente.

¿Cómo se realiza el proceso de reciclado?

En relación con los pasos que se deben llevar a cabo para el reciclaje, Thomas explicó que, en primer lugar clasifican las pilas descartadas según su tamaño: las de clase (AAA) que son de menor magnitud; luego las medianas de tipo (AA), las grandes (C) y, por último, las extra grandes (D).

Además, indicó que las únicas pilas que no pueden ser reutilizables, por ahora, son las que ya vienen 'reciclables' de fábrica.

Tras la división de las pilas por tamaño, se emplea 'ácido sulfúrico' para poder rescatar los metales que contienen. Según señaló el experto, el proceso de producción de ácido sulfúrico es tóxico, pero su equipo lo obtiene mediante 'biorreactores de producción biológica'.

De este modo, en un 'biorreactor' se genera una clase de bacteria conocida como (Acidithitiobacillus Thiooxidans) que brinda las condiciones y el grado de acidez propicio para la extracción de los metales. Esta operación, se lleva a cabo por medio de un 'reactor de lixiviación'.

El último paso del procedimiento es el filtrado de los elementos extraídos, a través de otro 'reactor' que permite la escisión de los metales, los que posteriormente podrán ser reinsertados para la elaboración de nuevos productos.

De este modo, la planta precursora de reciclado hará posible reutilizar mensualmente hasta '80 kilos de pilas', lo que equivaldría a un empleo del elemento alcalino por una comunidad de 80.000 consumidores.

Asimismo, el adelanto científico generará mayor conciencia en relación con la preservación del planeta y una actitud más responsable por parte de los usuarios, a la vez que contribuirá al cuidado de su salud.