Proceso que experimentan los seres vivos si sufren un padecimiento que altera su natural bienestar físico

Existen tantos sentidos de la noción de enfermedad, como malestares físicos que parecen los seres vivos. Al señalar uno solo de ellos, capaz de concentrar de manera sintetizada los demás, puede comprenderse que la enfermedad es una alteración de la mente o el cuerpo al grado de ocasionar un malestar de las funciones vitales en su cabal normalidad.

Y si bien nunca se ha hecho el intento de explicarla de manera general, siempre ha estado asociada a algo sumamente negativo y esto se hace patente en los adjetivos que se usan para referirse a ella: desequilibrio, alteración, mal, patología, dolencia, etc.

Sin embargo, en nuestros días, numerosos especialistas optan por definir a la enfermedad como un evento capaz de alterar el equilibrio natural de los elementos de la salud. Y la salud en este caso, de acuerdo a una propuesta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se refiere a una vivencia de bienestar corporal, social y psicológico. A final de cuentas, la enfermedad se relaciona con un vasto conjunto de procesos que involucran a todas las etapas de la vida de una persona.

Desde esta perspectiva es tan válido reconocer a la gripe como una enfermedad, como también a la pobreza, por ejemplo. La patología es la parte de la medicina dedicada al análisis y determinación de los procesos y características que manifiestan los enfermos.

No obstante, un elemento clave en este sentido es la nosología, la cual es capaz de ahondar y ofrecer un conocimiento amplio y ordenado de las diferentes clases de enfermedades que existen en la actualidad.

Cuando alguien padece una enfermedad o cuando uno mismo se siente enfermo es sencillo identificarlo, puesto que se presenta una significativa modificación en la actitud que se venía presentando. Pero también es frecuente la aparición de señales corporales como pueden ser las erupciones asociadas a ciertos males en la piel.

De manera común, una enfermedad incluye momentos como los siguientes: padecimiento de los síntomas, reconocimiento de estar enfermo por parte de la persona afectada y acudir a un profesional de la medicina o a un centro de salud para recibir un tratamiento o método de curación.

Estos son los recursos más adecuados para tratar algunas de las más frecuentes enfermedades.