Lo que aprendimos de 'Comer, rezar y amar'

Por Mitzi Vera

Twitter: @mitziperiodista

Tras sufrir un divorcio, Liz decide tomar sus cosas y empezar una nueva vida en Italia, India y Bali para solo estar consigo misma. Esto es lo que aprendimos del filme:

• Las mujeres necesitamos soledad: No siempre, pero al menos una vez en la vida es bueno estar solas para aprender a conocernos.
• Los viajes curan: Su estancia en otros países le ayudan a superar la pérdida y cree de nuevo en el amor.
• Todo es mejor si compartes: Liz ayuda a que una familia integrada por una mamá soltera y su hija tengan casa propia.

"A lo mejor mi vida no es tan caótica y es el mundo el que lo es.

Y el único engaño es intentar aferrarse a ella a toda costa".

• "Lo único permanente es la familia": La vida está en constante movimiento, lo único que tendremos por siempre será a nuestra familia.

"Sonríe con tu cara, con tu mente y hasta con el hígado".

• Dejar de pensar en cuántas calorías te llevas a la ducha: frase de Liz en Italia. A veces no disfrutamos los placeres gastronómicos porque "engordamos".