Los inicios del siglo XX fueron momentos tumultuosos y de grandes cambios a nivel social. Las primeras dos décadas de la llamada "era moderna", fueron espacios de gestación para dos de las revoluciones más importantes ocurridas en el último siglo: La Revolución Mexicana de 1910, liderada por Emiliano Zapata, y la Revolución Rusa o Bolchevique, liderada por Vladimir Lenin, y que este año celebra su centenario. Ambas ocurrieron en el mes de noviembre.

El paralelismo nos permite identificar la intención del individuo como ente de cambio, la necesidad, después de enfrentarse a la industrialización, de que sus derechos no podían seguir siendo socavados para el beneficio de algunos pocos.

Permite establecer una reflexión de cómo, a pesar del fracaso del modelo implementado en la llamada Unión Soviética, es necesaria -otra vez- una nueva revolución, un despertar de conciencia ante la inminente llegada de la derecha extrema y sus políticas.

En el marco de este contexto, el Museo Palacio de Bellas Artes de la ciudad de México albergará, a partir de mañana 10 de febrero y hasta el 07 de mayo, una exposición llamada "Pinta la Revolución. Arte Moderno Mexicano, 1910-1950", en colaboración con el Philadelphia Museum Of Art, en el que se expondrá una extensa variedad de obras de corte político y revolucionario y que permitirán al espectador adentrarse en el llamado "arte político" y el muralismo mexicano.

Secciones de la muestra

La exhibición estará dividida en cinco secciones: "Modernismo y mexicanidad", "Pinta la Revolución", "En la ciudad", "Pinta los Estados Unidos" y "Alegorías Oscuras", cada una planteará un argumento socio-político y un contexto cultural que permitirá entender la visión y las obras de los artistas incluidos en cada etapa.

El modernismo mexicano, por ejemplo, más allá de tratar de emular las corrientes internacionales buscaba crear un arte meramente mexicano, con una identidad marcada basándose en la historia, tradiciones e identidad nacional, así como en los paisajes naturales.

Quizás la etapa que permita identificar más el sentido revolucionario de la muestra sea, exactamente, la sección "Pinta la Revolución", que incluye obras de Rufino Tamayo, Manuel Rodríguez o Frida Kahlo.

Este arte fue impulsado por el gobierno revolucionario de Álvaro Obregón, que al igual que su contraparte rusa, implementó una política en la que la educación y las artes resultaban pilares fundamentales del nuevo hombre revolucionario.

Nuevas masas, el origen del nombre de esta exposición

Según se indica en la página web del Museo Palacio de Bellas Artes, "el título de esta exposición proviene del encabezado de un artículo de la revista New Masses, en el que el novelista neoyorquino John Dos Passos reconoció en los jóvenes muralistas mexicanos un programa revolucionario y la incorporación del arte moderno con la política de las masas."

No obstante, aclaran en el mismo texto, el arte moderno mexicano es mucho más complejo y es aquí la razón de plantear sus etapas y su evolución, así como diferenciar su desarrollo, en las diferentes secciones.

Esta exposición, "narra la historia de los pintores, grabadores, escultores y fotógrafos cuyo trabajo se forjó gracias al imaginario de la Revolución que determinó las décadas subsecuentes a la reconstrucción nacional."

"Pinta la Revolución..." estará abierta al público desde el 10 de febrero y hasta el 07 de mayo de 2017, y ha sido posible gracias a la colaboración del Philadelphia Museum Of Art. Para más información sobre los artistas expuestos, puedes visitar la web del museo: http://museopalaciodebellasartes.gob.mx