Esta semana se dio a conocer la noticia de que una joven Youtuber llamada Katelyn Nichole Davis, de sólo 12 años de edad, cometió suicido frente a cientos de ojos curiosos mediante una transmisión en vivo. Existen rumores de que la chica era constantemente acosada por los ya fastidiosos “Bullies”
Ante esto, algunas personalidades de Internet consternadas por su colega, comenzaron la oleada de pensamientos y comentarios, intentando dar una explicación coherente sobre los actos de la chica, la palabra que más destaca claramente: depresión.
Dicho lo anterior, debemos reconocer que este concepto está realmente alejándose de su origen. En todos lados escuchamos gente discutir sobre estar “depre” tras el rompimiento con su pareja, la infelicidad del trabajo o la soledad, no obstante, quizá debamos empezar a reconocer a la depresión como lo que es: una enfermedad biológica e incluso hereditaria.
El afamado psiquiatra y psicoanalista Giussepe Amara, nos propone una idea terrible: que la depresión está formando parte de nuestro ADN. Efectivamente notamos que esta enfermedad no deja de acrecentarse, día con día millones de personas deben sufrirla como si de un resfriado común se tratara, tan obligatorio y eminente.
La anterior premisa no es más que una confirmación de la adaptación del ser humano ante las imposiciones de una sociedad completamente dirigida por la moralidad, algunas teorías psicoanalíticas proponen la existencia de una entidad dentro de nuestro inconsciente capaz de medir nuestros actos a través del deseo sano o insano, dicha instancia es conocida como “Superyó” aquel que genera el concepto ligado estrechamente a la depresión: la culpa.
¿Qué es la culpa sino la redención ante una avidez por la satisfacción? Cuando un individuo desea algo que, a los ojos de la sociedad y de su propia calidad moral, es enfermizo la culpa aparece como medida de redención y descarga de esos sentimientos angustiantes.
En el caso de Katelyn, efectivamente podríamos apostar por qué dentro de su genética existen tendencias a la depresión, casi con un 99% de probabilidad, sin embargo estaríamos dejando de lado algunas características que incentivan el acto cometido por la joven. En primer lugar, la adolescencia de la chica es un factor determinante pues, a mi parecer, esta es la edad donde un individuo se verá más en peligro que en cualquier otra etapa de su vida dado que son intermediarios entre los deberes y la apariencia que tienen ante ellos mismos y la sociedad, están más en contacto con el terrible entorno, las adicciones y las influencias negativas y tienen mayores libertades. Los adolescentes son masas amorfas que construyen su pensamiento a base de rumores e ideas infantiles, hormonas y autoestima altamente alterados.
Todo ser humano está constituido por ideales, cuando estos son demasiado inalcanzables, el superyó se vuelve más estricto, la culpa se hace autopunitiva cada vez que no se cumple con un ideal pactado. Katelyn tenía un simple deseo: despuntar su carrera como Youtuber, quizá esto altere a algunos, pero su pensamiento pudo haber estado ligado a las vistas que esta transmisión podía generar. Por último no olvidemos lo exageradamente narcisista del acto en sí, sobre todo al ser desarrollado frente a millones de espectadores, con ello confirmamos el cuadro depresivo de la chica que al intentar controlar ese deseo inalcanzable debía disculparse en cada una de sus últimas frases a modo de redención de ese deseo agresivo.