¿Cuántas veces en la vida nos topamos con la misma pared?

¿Te has puesto a pensar por qué el mismo obstáculo una y otra vez en tu vida?

A veces nuestra realidad, nuestro camino está definido por una misión en particular. No obstante, hay momentos donde se torna más difícil y comenzamos a experimentar situaciones que impiden que sigamos avanzando. La manera en cómo pensamos, sentimos y actuamos suelen estar ligados a una creencia, a determinados juicios, a un poder de negativismo que se vuelve auténtico en la vida.

Desde tiempos muy remotos, se ha hablado de la transmutación, pero, ¿qué significa realmente transmutar?

Debo confesar que en un principio yo sólo lo relacionaba con la magia y con los alquimistas, que en la antigüedad practicaban el arte de trasformar los metales simples en oro.

Transmutar es el poder de transformar, de cambiar algo en otra cosa, ahora desde un sentido más humano, el arte de transmutar es parte de la transformación del Ser. Se trata de modificar una vibración baja en una más elevada. Paso a paso elevando la #energía para cambiar lo negativo en algo positivo: emociones (odio, rencor, enojo, apatía), pensamientos (escases, baja autoestima), paradigmas o esquemas y creencias creados por nuestra personalidad a lo largo de la vida, que ahora resultan obsoletos.

Transmutar el alma es un proceso de depuración consciente.

Dejar atrás y cambiar aspectos de mi vida que ya no funcionan. Aprender a transmutar es entrar en un estado de verdadera actitud de desapego y soltar lo que hoy, en lugar de ayudar en nuestra evolución, son obstáculos que influyen el propio crecimiento de nuestro Ser.

El poder de transmutar

Para comenzar a transmutar desde el corazón y manifestar un estado pleno y nítido del Ser es importante cambiar la manera en cómo pensamos y decimos las cosas.

Ayudar en vez de juzgar, aprender a perdonar (sobre todo a uno mismo) en lugar de criticar.

A veces hay situaciones en casa o trabajo que se han tornado tan densas que se vienen arrastrando por décadas, situaciones graves que en tu subconsciente crea una cristalización que la mente no logra borrar. Para ello, puedes invocar desde tu corazón la Llama Violeta de Transmutación.

Esta llama se le relaciona con el color violeta, pues tiene un rayo específico (de los 7 Rayos de Dios, el arcoíris), representa la Alquimia Divina, tiene un poder, una actividad en particular, este rayo violeta tiene la cualidad del perdón, la transmutación y la liberación.

Puedes pedir el apoyo del Arcángel Zadkiel de la Luz Divina, quien es el encargado de ayudar a la humanidad en situaciones difíciles. Zadkiel es el portador de la Llama Violeta Transmutadora. Según la autora Doreen Virtue, en su libro "Arcángeles y maestros ascendidos" (2005), el Arcángel Zadkiel es un ángel sanador que trabaja junto al Arcángel Miguel para reemplazar y transformar energías negativas por fe y compasión.

Usa tu visualización, tu imaginación para invocar la Llama Violeta de Transmutación y al Arcángel Zadkiel de la Luz Divina.

Cierra tus ojos, has conciencia de tu respiración e imagina que te ves envuelto en un gran fuego de color violeta, un fuego ardiente pero no te quema. Sabemos que el fuego es un elemento que purifica y regenera, representa la luz del espíritu y en este momento es el Fuego de Transmutación. Piensa en aquello que quieras transformar: pensamientos, creencias, situación, mala experiencia, alguna emoción...siéntelo y cúbrelo con un manto violeta para que sea transmutado y liberado, agradece lo que te mostró, bendice el aprendizaje que te dio y entrégalo al Arcángel Zadkiel para su total y completa transmutación/transformación.

Realiza este ejercicio con regularidad y notarás pequeños cambios en tu vida diaria. Es posible que los que están a tu alrededor noten algo diferente, no te preocupes es normal, pues estás moviendo la energía y con ello, cambiando tu realidad.