Hay, dentro de los sectores judíos y cristianos, toda una polémica en cuanto a los judíos mesiánicos. Por un lado se les ha considerado peligrosos, traidores, farsantes y estafadores, y por otra parte han resultado ser atractivos y admirables para ciertos sectores religiosos. Mucho se ha dicho sobre este término pero poco se ha entendido de él.

A continuación presento tres acepciones a este polémico término:

¿Qué es un Judío Mesiánico?

Es necesario definir qué se entiende por judío mesiánico. Estrictamente un judío mesiánico es todo aquel judío que, independientemente de la corriente a la que pertenezca, cree en el concepto, identidad o venida de un mesías; independientemente de qué o de quién se trate, de si ya vino o aún no, o de si es un mesías personal (un sujeto), o un mero concepto o idea abstracta; como un sistema político de corte utópico.

En esta línea, todo judío es judío mesiánico.

Ahora bien, desde una perspectiva popular entre el cristianismo, se le denomina judío mesiánico a aquel judío que ha llegado a creer que Jesús es el mesías descrito en las Escrituras Hebreas, que ya vino, que en la actualidad no está, pero que vendrá de nuevo, y que además de creer en las Escrituras Hebreas (Antiguo Testamento) acepta el Nuevo Testamento como complemento y culminación de la Biblia.

¿Judíos que creen en Jesús?

Sin embargo, hay una intensa discusión de si aquellos judíos, al creer en Jesús y aceptar el Nuevo Testamento, siguen siendo judíos o pierden su identidad. Muchos argumentan que al hacer eso dejan de ser judíos y automáticamente se constituyen en cristianos.

Sin embargo, aquellos judíos creyentes en Jesús afirman que por el hecho de tener esas creencias no pierden su judeidad; que quien nace judío, muere siendo judío. También rechazan toda etiqueta o identidad cristiana que les quieran atribuir.

En lo personal, pienso que ser judío va más allá de una religión que reclame ortodoxia y exclusividad; en el pueblo judío hay diversidad.

Ser judío es pertenecer a una cultura heterodoxa pero al mismo tiempo unida por la tradición y por los valores esenciales de la Torá, la cual ha sido para el pueblo judío un asombroso aparato ideológico de supervivencia.

Hay personas que naciendo en un seno judío después deciden optar por un ateísmo o un agnosticismo o alguna otra ideología o forma de pensar, alterna o contraria a la religión judía ortodoxa, y siguen siendo judíos, en ningún caso pierden su identidad.

Pensemos, como ejemplo, en un mexicano que naciendo en una familia que profesa el catolicismo, y que con el tiempo abandona su religión y se vuelve mormón o comunista. Tal mexicano no dejará de ser mexicano por ser mormón. México es una nación con pluralidad. Así, el pueblo judío también es un pueblo con pluralidad, pero al mismo tiempo una nación. Miremos la heterogeneidad y laicidad del Estado de Israel. Así que no veo motivo para que un judío que crea en Jesús pierda su identidad judía.

Falsos Judíos Mesiánicos

Por otra parte, me es necesario decir que esos judíos creyentes en Jesús, que popularmente se les ha denominado judíos mesiánicos, son extremadamente pocos, y que por todo el mundo, especialmente en América Latina, hay miles de personas que se autoproclaman judíos mesiánicos sin ser judíos; y la cifra crece drásticamente año tras año.

Generalmente aquellos individuos eran cristianos que, debido a las raíces teológicas judías del cristianismo, les interesó y les atrajo la cultura judía. Y lo que era un deseo de aprender sobre la cultura, se convirtió en una obsesión y afán por convertirse en judíos. El judaísmo, en cuanto religión y cultura, y como parte de la tradición toraica, no practica, no promueve y no acepta el proselitismo. Por tanto, todas aquellas personas que tienen ese deseo o afán por constituirse en judíos, son rechazados y se les exhorta a que no abandonen sus identidades culturales. Hay casos excepcionales donde el judaísmo, después de un largo y complicado proceso, acepta conversos.

Así, todos aquellos individuos afanosos por constituirse en judíos son rechazados tanto por el judaísmo como por el cristianismo y, al sentirse identificados con la cultura judía, abandonan y reniegan de sus orígenes culturales y étnicos, cayendo así, en una crisis de identidad.

No mucho después, aquellas personas excluidas se autoproclaman judías o descendientes de judíos, y para legitimarse apelan a eventos históricos del pueblo de Israel, que van desde afirmar que son descendientes de las Diez Tribus Hebreas extintas en el año 722 a.C., pasando por tratar de legitimarse teológicamente, hasta fabricar grandes historias y apologías de sus apellidos y orígenes.

Estos sectores son miles por todo el mundo y están en constante crecimiento. Lamentablemente no hay unidad entre ellos, ni un credo o manifiesto definido, mucho menos ninguna prueba clara y concisa de que sus orígenes hebreos o judíos sean auténticos. Se han constituido como generadores de sectas y fanatismos religiosos y han sido catalogados como peligrosos.

Y en no pocos grupos se han dado casos, al igual que en grupos cristianos o de otras religiones, de violaciones a las leyes locales debido a fraudes, manipulaciones, delitos sexuales y disensiones políticas.

Estas comunidades se han autoproclamado como judíos mesiánicos debido a que siguen conservando elementos teológicos de su pasado cristiano, como la creencia en Jesús. Otros, por el contrario, en su afán por emular al pueblo judío, hacen grandes esfuerzos por borrar de sus prácticas todo elemento que evoque al cristianismo; ya no creen en Jesús y han adoptado un modelo judío ortodoxo rechazando toda etiqueta que los relacione con judaísmo mesiánico, para adoptar algún otro apelativo para sus movimientos.

Sin embargo, pese a todo esfuerzo, siguen siendo rechazados por el judaísmo y heretizados por el cristianismo. Así, cuando en la actualidad algún judío o cristiano escucha la expresión "judío mesiánico", piensa en estos grandes grupos de personas no judías.

Por último, y para aclarar cualquier confusión que pueda surgir, quiero destacar que hay millares de personas no judías por todo el mundo, no necesariamente cristianas, que simpatizan, aman o están apasionadas por la cultura judía, apoyan al Estado de Israel y toman elementos culturales, no religiosos, del pueblo de Israel. Y este gusto por la cultura judía no afecta su identidad ni la identidad del pueblo judío, por el contrario, se forjan excelentes relaciones y colaboraciones entre ambas partes.

A estas personas, constantemente, se les denomina amigos de Israel y son sumamente apreciados por la cultura judía y el Estado de Israel, y no deben ser confundidos con los judíos mesiánicos o falsos judíos mesiánicos.

Así, podemos concluir que hay tres acepciones o tres tipos de judaísmo mesiánico: (1) El literal; todo aquél judío que posee y desarrolla una idea o creencia respecto a un mesías, ya sea personal o conceptual, todo judío es judío mesiánico, (2) El judío que cree en Jesús, ya que ve en él la consolidación de las ideas mesiánicas contenidas en las Escrituras Hebreas, estos judíos son extremadamente escasos, y (3) Aquellos crecientes sectores no judíos que se hacen pasar por judíos al no ser admitidos dentro del judaísmo, siendo éste el tipo de judaísmo mesiánico más representativo o conocido.

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