Cada temporada, año calendario, día a día, son descubiertas o redescubiertas cientos de afecciones que desestabilizan por completo la integridad de los cuerpos humanos y animales que habitan en contacto. Se estiman según la contabilización de los casos millones de personas, alrededor de diez, infectadas por la picadura de este animalillo que reside en regiones donde las grietas en las casas son comunes y en lugares que cuentan con los elementos climáticos necesarios para su reproducción y asentamiento, generalmente zonas cálidas, que brindan inmensa comodidad para ellos.

Esto les otorga, además, otras bestias vivas con la sangre caliente, la posibilidad de alimentarse sin descanso por las noches cual cazador en la selva luego de permanecer escondidas durante el día de la luz y de la vista.

Vichuca ladrona que ataca por la noche

Defeca cerca de la herida luego del festín imparable que devora gustoso, quedando por fin satisfecho este pequeño insecto portador de una desmejora mortal para la salud humana y animal expulsa lo que le va sobrando. Al despertar, debajo de la regadera, visitando la playa al amanecer o de camino al trabajo o escuela, comienzan a notarse las huellas impresas en la piel en forma de puntillos de color rojo intenso que evidencian el paso de la criatura por el cuerpo cuando el sueño aplaca.

Luego de ello, días después o incluso una veintena de años más tarde, si la reacción es sintomática, desencadena entonces fiebres altas, inflamaciones en la zona de la picadura, también llamadas “chagomas”. Una persona rasca el sitio afectado pues el prurito es inmenso, una picazón rotunda tal que parece ser inevitable pasar la uña sobre el lugar de encuentro entre el chipo y el hombre para intentar, al menos, sobrellevar la pútrida sensación de saber que puede haberse contagiado de un mal.

Medidas preventivas si va a viajar

Si no es posible hospedarse en una habitación que cuente con las características de seguridad ante la presencia del huésped, con quien también compartimos el mundo, será preciso camuflarse bien cuando se vaya a la cama dispuesto a descansar, por ejemplo: revisar y si es posible limpiar la cama de hotel donde tenga que pasar la madrugada junto con todas sus horas y momentos en que el monstruo puede atacar, antes de salir a disfrutar el paisaje o la vida diaria y sus múltiples tareas que ejecutar momento tras momento con gallardía y valor, colocar un mosquitero efectivo que rodee la zona de pernoctación.

Si es posible, debe utilizar alguna crema corporal a base de ingredientes naturales que ahuyenten únicamente al ser que solamente viaja en busca de alimento, y que, por ello (de hecho, ha quedado infectado), sin intenciones de hacer daño como quien corre a la carnicería a buscar un trozo de carne o como quien acude hasta el árbol más productivo, el de los frutos más sabrosos, a tomar un verdadero manjar de la naturaleza para degustarlo sin resentimientos pues lo que se espera es la supervivencia, la permanencia en el juego de la vida.

¿Será exagerado preocuparse con severidad del insecto endémico?

El tiempo, como medida útil o delimitante, represora, suele ser un impedimento para que se coloque atención a cada aspecto que ocurre frente a nuestros ojos.

De este modo, un animal que parecería pequeño ante la mirada de la mayoría de las personas pasa desapercibido como muchas otras cosas lo hacen. Así, quizá parezca imposible tomar por cuenta el eminente peligro que acecha por ahí a cada paso que se da, y quizás algunos se tomen la existencia como un estar causal que debe vivirse vulnerable, por naturalidad, hasta que las fuerzas superiores influyan para sentar el final, sin embargo los malestares antecesores a éste, podrían resultar ser trastornos, en la piel, el interior y la psique.