Un libro es una creación escrita que puede ser impresa, pintada o manuscrita, la cual está dispuesta en hojas de papel sometidas a un proceso de encuadernación y complementadas con una cubierta.

Para poder ser considerado como un libro, un escrito debe tener por lo menos 50 páginas y estar organizado en diferentes capítulos, tomos o volúmenes. Libro es una obra expresiva que aborde cualquier temática. Incluso puede no tener palabras, sino solamente imágenes.

Habitualmente los libros están integrados por una cubierta que protege las hojas, un lomo que vincula a la portada, anteportada y contraportada, el cuerpo mismo del escrito- el cual puede incluir prólogo, índice, capítulos, etc- y otros elementos adicionales.

La temática de un libro puede ser variada: ciencia, literatura, biografía, temas escolares, poesía, consulta, y varias más. Es posible hallar libros desde el pasado más remoto de la humanidad. Basta con mencionar las pinturas rupestres del Paleolítico, cuyos autores quisieron dejar testimonio de sus vivencias en la roca.

Los antiguos egipcios escribieron sus libros en papiro, los babilonios utilizaban textos labrados en tablillas de piedra. En la Edad Media los libros eran caros y raros de hallar y los pocos que había se creaban a mano con pergamino. Por el alto nivel de analfabetismo de aquella época, principalmente en el continente europeo, solo los nobles y el clero tenían acceso y control de los libros.

La invención de la imprenta de tipos móviles por parte de Gutenberg, en 1450, junto con el menor costo de los materiales, derivó en una proliferación acelerada de los libros impresos. El crecimiento de tamaño y cantidad de las bibliotecas está relacionado con esta dinámica que se consolidó en la Edad Moderna y que se ha intensificado en la actualidad.

A principios de la década de 1970 se creó lo que llegaría a ser el libro electrónico o digital y una década después salió al mercado el primer libro de esta clase. Muchos expertos opinan que los libros se encuentran en una etapa de transición, parecida a la que se dio con el arribo de la impresa de Gutenberg.

Pero mientras que los libros manuscritos se volvieron objetos coleccionables, los libros digitales muy posiblemente no desaparecerán nunca de circulación, especialmente por la portabilidad que permiten y el entusiasmo que causa su lectura en muchos usuarios, los cuales, por lo general, son conocedores de las tecnologías más modernas.