De acuerdo a sus raíces etimológicas, la palabra tecnología procede del griego y tiene que ver con las nociones de "arte" y "tratado". De este modo, alude directamente al aprovechamiento de varias habilidades y conocimientos con un propósito bien definido: permitir a los seres humanos resolver un cierto problema, o bien solventar una necesidad en un entorno preciso.
Y así, dentro del concepto de tecnología pueden incluirse varias vertientes y especialidades como la robótica, informática, neumática, domótica, urbótica, electrónica y la inmótica, entre varias más.
En cierto sentido, la tecnología tiene que ver con todos los ámbitos de la vida diaria. De un modo u otro, casi todas las actividades que efectuamos cotidianamente tienen que ver con el uso de algún aparato tecnológico.
El concepto de tecnología está relacionado con el conjunto de conocimientos que nos permiten fabricar instrumentos y alterar el entorno natural, lo cual se efectúa con el objetivo de resolver alguna concreta necesidad.
La tecnología implica aplicar de manera práctica el conocimiento obtenido por la ciencia. En los tiempos actuales, por ejemplo, la noción de tecnología refiere directamente a la informática. Esta última es la vertiente tecnológica orientada al procesamiento de información por medios artificiales como los ordenadores y otros similares.
Un dispositivo tecnológico aparece cuando existe una necesidad pendiente de atender. Para encontrar una solución a ese problema en específico, los científicos revisan las causas del problema y diseñan, usando distintos materiales, un artefacto planeado para resolver esa específica necesidad.
Una vez que se cuenta con el prototipo de ese aparato, lo que sigue es su fabricación. La tecnología incluye esta cadena de actividades, desde la identificación de esa necesidad hasta la utilización del objeto creado para evaluar su rendimiento para atender ese problema.
De acuerdo a la amplitud que tiene como concepto, la tecnología por sí misma no es positiva ni negativa. Es posible utilizar la tecnología para optimizar la productividad de los trabajos humanos, reducir el esfuerzo físico y elevar la calidad de vida de las personas.
Sin embargo, la tecnología también puede motivar diferencias sociales, por los conocimientos tecnológicos que se tengan; la contaminación del entorno natural, y desempleo, cuando se da el reemplazo de trabajadores por máquinas o robots especializados.