En el mundo occidental, la presencia asintomática de divertículos en el intestino es muy común y se descubren durante una colonoscopia. La aparición se ha asociado con factores genéticos, como la estructura y la motilidad del colon y ambientales, entre ellas el tipo de dieta, la obesidad y el estilo de vida. La complicación más frecuente, en el 20% de los pacientes es la inflamación intestinal (Diverticulitis), pero es posible evitar manifestarse con algunas medidas.

Un análisis realizado por investigadores del Centro Médico California Pacific en San Francisco en miles de pacientes mostró que una dieta rica en fibra (frutas y verduras, una fuente de fibra insoluble y soluble), baja en azúcares simples y grasas saturadas, combinado con ejercicio físico aeróbico preferiblemente en funcionamiento, es capaz de contrarrestar el inicio de la inflamación.

Es importante mantener los niveles de vitamina D en condiciones normales, ya que este micronutriente reduce la aparición de diverticulitis. El trabajo fue publicado en la revista Gut and Liver, en marzo de 2018.

Enfermedad diverticular

No hay alimentos que pueden eliminar los divertículos que se forman, pero se puede prevenir la diverticulitis (inflamación aguda o crónica), que puede causar abscesos, fístulas, obstrucción y perforación.

El uso de antibióticos como la mesalamina y rifaximina, además de probióticos para el tratamiento de la diverticulitis aguda ha mejorado los síntomas en algunos pacientes, mientras que la cirugía de resección profiláctica mostró resultados variables individualmente.

Después de la resolución de la diverticulitis aguda, se sugiere una colonoscopia, ya que el 2,1% de los pacientes, dentro del año posterior al diagnóstico de diverticulitis, desarrollaron cáncer de colon.

Estudios clínicos

El consumo de una dieta alta en fibra - al menos 30 gramos por día - junto con una ingesta adecuada de agua, ha reducido el riesgo de desarrollar enfermedad diverticular y complicaciones derivadas de la inflamación.

Las fibras insolubles absorben agua, aumentan el volumen de las heces y aceleran el vaciado del colon, lo que ayuda a evitar el estancamiento de las heces. La acumulación de estos, por el contrario, presiona las paredes intestinales y favorece la aparición de los divertículos y su inflamación.

Un total de 37 estudios han demostrado que el ejercicio, especialmente el correr, disminuye el riesgo de diverticulitis, mientras que el comportamiento sedentario se ha relacionado con un aumento en la diverticulosis.

Se ha encontrado que la actividad física ayuda a mantener los músculos del tónico de la pared abdominal, para mejorar la motilidad del colon y para reducir el depósito de heces en los divertículos.

Se han identificado niveles más altos de vitamina D en pacientes con diverticulosis, sin complicaciones en comparación con aquellos que requieren hospitalización por diverticulitis. La deficiencia de vitamina D podría provocar una mayor aparición de inflamación. La enfermedad diverticular y la diverticulitis fueron más comunes en individuos obesos, con una circunferencia abdominal mayor que los límites aceptables.